No solo en Asia la comida callejera tiene una gran tradición.
Ya en el siglo XII, en Ratisbona, el "puesto de comida en el Kranchen"
ofrecía carne hervida a los obreros que construían la catedral. Hoy, en
ese sitio se encuentra el "Historische Wurstkuchl", tal vez el puesto de
venta callejera de comida más antiguo del mundo. También el "Drei im
Weggla", es decir tres salchichas de Núremberg en un panecillo, es uno
de los más antiguos platos de comida callejera.
Pero el street food de hoy es más que una simple salchicha comida al
paso. El actual renacimiento de este muy antiguo movimiento proviene de
Estados Unidos. Especialmente el food truck o camión de comidas del área
metropolitana de Nueva York ha servido de ejemplo para aquello que
miles de visitantes experimentan en sitios como "Street Food Thursday",
desde 2013 una vez por semana en el barrio berlinés de Kreuzberg, los
"Street Food Sessions" en Hamburgo
o el "Street Food Festival" en Colonia: comer de forma sencilla pero
con platos de alta calidad en espacios públicos. Un simple puesto de
comida, que garantiza al cocinero libertad, movilidad
e independencia; y platos sencillos que garantizan al cliente
ingredientes regionales y preparación artesanal. Por ejemplo Banh Mi de
Vietnam, una barra de pan de trigo y harina de arroz, con carne frita,
verduras y cilantro. O Gua Baos, una variante taiwanesa de la
hamburguesa. Käsespätzle se consume tanto como la carne de cerdo ahumada
durante 14 horas.
El disfrute consciente y la comunicación es lo más importante
En los eventos de street food, lo que importa no es qué se come sino
cómo se come. La fabricación artesanal del pan de mantequilla, los
comedores populares y las tiendas de Regioburger existen ya desde la
primera década del siglo XXI. Pero a diferencia de la mentalidad del
sándwich para llevar, en el street food no se come como parte de una
eficiente pausa de mediodía ni para satisfacer el hambre en el camino
desde A hasta B. Se trata de un disfrute consciente. Asimismo, la
comunicación durante y acerca de la comida es la razón porque muchos
mercados de street food tienen abierto hasta la noche, y funcionan así
como bar o restaurante. Solo que de forma mucho más democrática, porque
no importan ni el código de vestimenta ni la gran billetera. En el
street food lo importante es tener buenas sensaciones.