S-AR, despacho de arquitectura con sede en Monterrey, ha concluido la construcción de Observatorio desértico en Nuevo León, un proyecto de diseño integrado por una serie de tarimas de madera encontradas como basura en un terreno donde enfrentaba su proceso de deterioro natural. La idea no es novedosa: típicamente estas cajas son recuperadas como mobiliario espontáneo. De libreros a mesas, burós o bancos improvisados.

La propuesta, sin embargo, trasciende al discurso ecologista. (Para Slavoj Žižek, la ecología se ha convertido en el nuevo opio de las masas.) Las piezas modulares erigen un pabellón que “espera a sus usuarios en solitario, esperando a volver ser visto y utilizado hasta que el tiempo, el clima y los elementos lo destruyan.” Finalmente la materia prima del proyecto sigue su proceso de destrucción, pero su propósito es otro: convertirse en una arquitectura viva para la contemplación del vacío. Un pabellón para oponerse al horror vacui —teoría física de Aristóteles según la cual la naturaleza aborrece al vacío— con la realización de actividades exteriores de resguardo y observación.

Una estructura para mirar árboles, cielo y piedra, y hacerlo con extrema quietud, al punto del aburrimiento, porque aun en ello hay cierta pasión. Como mencionó Giacomo Leopardi: “[e]l aburrimiento se apresura a llenar todos los espacios vacíos que el placer y el displacer dejan en el alma (…). El aburrimiento es como el aire en la Tierra, que llena todos los espacios entre las cosas, y se apresura a ocupar el espacio que éstas dejan a menos de que otras cosas ocupen su lugar.”

S-AR stación-ARquitectura fue fundado en Monterrey en 2003 por César Guerrero, Ana Cecilia Garza, Carlos Flores y María Sevilla. Su trabajo se enfoca en el diseño y desarrollo de proyectos de arquitectura y diseño urbano.

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